
Maltés
El Maltés tiene un «algo» que pide a la gente que le mire, y responde a estas miradas con una expresión satisfecha. Es, ciertamente, un compañero pequeño y vigoroso, lleno de humor y con sentido de la diversión. Si se le dejara hacer lo que quisiera, se dedicaría a cazar ratones y otros pequeños roedores entre los arbustos, lo cual no siempre es posible debido a su largo pelaje. Desde luego, disfrutará enormemente con lo que ve y huele durante un paseo por el campo, aunque esto pueda arruinar un pelaje de exposición.
Afectuoso con sus propietarios, el Maltés es bastante individualista y no acepta de inmediato a los extraños. Se trata de una raza limpia y escrupulosa que ha sido, comprensiblemente, una mascota muy querida y que posee un cierto refinamiento. Aun tras lo expuesto, algunos han participado en las pruebas de mini-agility y otros disfrutan con las de obediencia. Se trata de un perro valiente a pesar de su diminuto tamaño. Puede ser un buen perro guardián, ya que siempre está alerta y tiene determinación y coraje para hacer frente a cualquier imprevisto. En casa, el Maltés es un perfecto perrillo que se adapta bien a la rutina de la casa, cualquiera que sea.
-EL maltés y los niños
Siempre que los padres hayan educado a los niños para que traten a los perros con cuidado, para que no sean salvajes ni agresivos, la mayoría de los Malteses disfrutarán jugando con ellos. De todas formas debe comprenderse que los niños pequeños siempre deberían ser vigilados cuando estén con un perro para que no se produzca ningún accidente, por muy involuntario que pudiera ser. Sin importar lo resistente que sea su Maltés, se trata de un animal frágil y liviano al que un niño revoltoso puede infligir heridas considerables. El pequeño tamaño resulta atractivo para los niños, que suelen quedar encantados con el hermoso aspecto y el pelaje largo de esta raza. Si su perro es de exposición, vigile por si al niño se le ocurre jugar con el pelaje mientras usted no mira, con lo que lo estropearía.
-Características físicas
De pequeño tamaño, el Maltés suele pesar entre 1,8 y 2,8 kg, y según el estándar británico no debería superar los 25,5 cm de altura a la cruz. Se trata de una raza compacta que tiene la misma longitud desde la cruz hasta el nacimiento de la cola que desde el suelo a la cruz. Tanto los machos como las hembras son perros pequeños y hermosos, aunque existen diferencias entre ambos.
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Color y capa
La capa blanca es, por supuesto, el aspecto más importante de esta raza, aunque es necesario prestar una atención regular para mantener estos flecos de pelo limpios y en buen estado. La mayoría de los propietarios recogen el pelo con un pequeño moño, mostrando así las características de la cara y manteniendo, de esta manera, el pelaje alejado de los ojos. Esto aumenta el aspecto atractivo general del Maltés, una raza que tiene muchos admiradores con todo merecimiento.
Aunque el pelaje largo y blanco tiene un aspecto excelente y necesita cuidados regulares, no tiene subcapa, como sí sucede con el primo de esta raza, el Bichon Frisé. Esto hace que el pelaje del Maltés resulte algo más fácil de cuidar. Una ventaja añadida es que, siempre que se cuide, el pelaje no acabará sobre las alfombras y los muebles.
Su pelo liso es de textura sedosa y nunca debería ser lanoso, lo cual es otra diferencia entre esta raza y aquellas con las que está emparentado. Aunque tiene una buena longitud, es importante que no sea tan larga que le impida el movimiento. En el caso del perro de exposición, el pelaje puede ocultar multitud de faltas, pero un buen juez siempre palpará al perro con cuidado y por debajo de la capa para comprobar que la constitución de su Maltés, con su glamoroso pelaje, sea correcta.
El color de la capa del Maltés y su presentación son muy importantes, así que sus propietarios deben estar dispuestos a dedicar bastante trabajo a mantenerla en un estado óptimo y nunca con un aspecto sucio ni descuidado. Un pelaje blanco sólo se mantendrá limpio si bañamos al perro con frecuencia.
El Maltés debe tener la capa siempre blanca, aunque se permiten unas leves manchas de color limón. La blancura del pelaje contrasta fuertemente con el pigmento negro de la trufa y con los ojos oscuros y ovalados, con el halo de piel oscura a su alrededor. Incluso las almohadillas de los pies deberían ser negras.

